Vecinos de pequeñas poblaciones de la Vega Baja, como San Isidro o Daya Nueva, se quedan sin oficinas bancarias a expensas de un servicio único de cajero automático que genera grandes incomodidades a personas mayores para poder sacar su dinero.
Vecinos de pequeñas poblaciones de la Vega Baja, como San Isidro o Daya Nueva, se quedan sin oficinas bancarias a expensas de un servicio único de cajero automático que genera grandes incomodidades a personas mayores para poder sacar su dinero.